Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán (Tlaxcala)

La Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán se encuentra en Tlaxcala, México, y es un lugar que no te puedes perder si visitas esta ciudad. Este impresionante templo data desde 1541, cuando se apareció la virgen María a un joven llamado Juan Diego Bernardino. De hecho, esta aparición es similar a la del famoso Juan Diego de la virgen del Tepeyac. La virgen de Ocotlán le entregó agua a Juan Diego para curar a los enfermos, ya que en ese momento había una peste que estaba afectando a la población. Desde entonces, se ha mantenido un pozo de agua poderosa para sanar a las personas. Si visitas la basílica, puedes llevar un recipiente para obtener esta agua milagrosa que se encuentra en una calle cercana, o incluso puedes adquirir uno en los alrededores.

La arquitectura barroca del siglo XVIII de la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán es simplemente impresionante y una de las máximas expresiones de este estilo en México. Muchos visitantes aseguran que es un sitio fabuloso y una experiencia que no puedes dejar pasar si estás en Tlaxcala. Además, en este magnífico lugar también se llevan a cabo bodas y eventos especiales, lo que le agrega un toque majestuoso.

Otra característica destacable de la basílica es su fachada y los retablos de la iglesia. La fachada es considerada una magnífica composición y los retablos añaden un toque de riqueza artística a todo el conjunto. Sin duda, la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán es un lugar bonito y lleno de tradición, donde tanto católicos como no creyentes disfrutarán de su visita. Así que no dudes en incluirlo en tu itinerario, ya que vale la pena admirar su arquitectura, sumergirse en su historia y, si tienes la oportunidad, contratar un guía que te muestre los murales que no están abiertos al público en general.